Seguramente, antes de la llegada de los meses de frío, el administrador de su comunidad se haya preocupado de que el sistema de calefacción colectivo esté a punto para afrontar el invierno. Al margen de estos trabajos, hay una parte de la instalación que depende de cada uno de los vecinos.
Se estima que la optimización del sistema de calefacción puede suponer un ahorro del 10% del consumo energético. Así pues, del correcto mantenimiento y de tener en cuenta una serie de indicaciones depende el aprovechar al máximo la calefacción.
Una de las tareas más importantes es purgar los radiadores para extraer el aire acumulado en el circuito que reduce la eficiencia. El procedimiento es muy sencillo: basta con aflojar la válvula con un destornillador o una moneda hasta que se expulse el aire y comience a salir agua. Para evitar manchar, nos podemos ayudar de un recipiente para recoger el agua que pueda salir.
Si a lo largo del invierno compruebas que con la calefacción encendida una parte del radiador está fría o que se oyen ruidos en el interior, quizás sea necesario volver a purgarlo.
En caso de tener la caldera en tu domicilio, una vez purgados los radiadores, es conveniente comprobar la presión con la calefacción apagada. En el manual de instrucciones del aparato suele incluirse tanto el nivel adecuado como la forma de introducir agua en el circuito para aumentar la presión o, en caso necesario, disminuirla.
Por otro lado, para aprovechar toda la capacidad calorífica de los radiadores es aconsejable no cubrirlos con ningún objeto, bien sean cortinas, ropa o muebles. Además, es conveniente limpiarlos periódicamente para favorecer la emisión del calor y mantenerlos en perfecto estado el mayor tiempo posible. Con ello podemos también detectar fugas y repararlas inmediatamente con masilla.
Si pese a estas sencillas labores de mantenimiento el sistema no funciona correctamente, puede ser como consecuencia de la acumulación de suciedad o cal en el interior de los radiadores o las conducciones del circuito de calefacción. En este caso, llame a un profesional para que realice una limpieza completa.
Por último, tenga en cuenta que la temperatura que mantenga en su termostato tiene una especial relevancia en el coste final. Mantener la vivienda entre 17 y 21 grados puede ser suficiente en condiciones normales. Además, evitando que la temperatura baje demasiado cuando no estamos en casa se evita el sobreesfuerzo de la caldera cuando se ponga en marcha el sistema.
Si todo el sistema de calefacción funciona de manera óptima, ahorrará energía y disfrutará de un hogar más confortable.
