¡Por fin te has decidido has decidido a hacer esa obra en casa que llevas pensando durante un tiempo! Llega el momento de planificar y organizar todo para que los trabajos discurran como habías previsto y que la ilusión inicial no se desvanezca convirtiéndose en preocupación.
Para evitar contratiempos que puedan suponer un quebradero de cabeza, te será útil seguir estos consejos:
- Planifica, planifica y planifica. Antes de nada, estudia minuciosamente lo que quieres hacer y cuándo será el mejor momento para llevarlo a cabo. Ten en cuenta las rutinas habituales de los miembros de tu familia y busca causar el menor trastorno posible. Piensa también en dónde vas a guardar las cosas que tengas que quitar para la obra.
- Elige a la empresa adecuada. Uno de las principales decisiones que debes tomar es la elección de la empresa que va a ejecutar la obra. Infórmate sobre ella para conocer otros trabajos que haya realizado. Si se posible, habla con alguien que les haya contratado anteriormente. Pide varios presupuestos detallados. No te olvides de preguntar por el tiempo de ejecución y la garantía. Con toda esta información, toma la decisión que consideres que mejor se adapta a tus necesidades.
- Infórmate sobre permisos y licencias. Pregunta en tu Ayuntamiento si es necesario obtener permiso o licencia para las obras que tienes pensadas y asegúrate que con ellas no contravengas ninguna normativa. Ten especial cuidado en aquellas actuaciones que supongan una ampliación de la superficie habitable. Además de afectar a algunos impuestos, pueden hacer que sobrepasen los límites establecidos para tu vivienda.
- Avisa a la comunidad. Los propietarios de una vivienda tienes derecho a poder realizar obras en la misma (art. 7.1 de la Ley de Propiedad Horizontal), siempre y cuando no afecten a los elementos comunidades del inmueble o perjudiquen a los derechos de otro propietario. Aun así, comunícaselo al representante de la comunidad y asegúrate de que la empresa que vaya a realizar las obras toma las medidas necesarias para no causar ningún daño en las zonas comunes (ascensores, escaleras, portales…).
- Con factura y, si es posible, IVA reducido. Pide que todas las tareas realizadas y los materiales utilizados queden reflejados en la factura; es la mejor forma de que la empresa sea responsable de los trabajos que haya hecho. Además, ten en cuenta que algunas actuaciones pueden beneficiarse de un IVA reducido del 10%. Por ejemplo, en obras de renovación y reparación de viviendas para uso particular siempre y cuando se cumplan estos requisitos:
a) Que el destinatario sea persona física (no actividad empresarial o profesional), y utilice la vivienda a que se refieren las obras para su uso particular. También cuando el destinatario sea una comunidad de propietarios por las obras hechas en el edificio en el que se encuentre la vivienda.
b) Que la construcción o rehabilitación de la vivienda a que se refieren las obras haya concluido al menos dos años antes del inicio de estas últimas.
c) Que la persona que realice las obras no aporte materiales para su ejecución o, en el caso de que los aporte, su coste no exceda del 40 por ciento de la base imponible de la operación.
Si necesitas más detalles sobre el IVA reducido, la Agencia Tributaria lo explica aquí: Tipos reducidos en obras en viviendas.
- Aprovecha las subvenciones. Algunas actuaciones en viviendas, especialmente las destinadas a la rehabilitación, la mejora de la eficiencia energética o la accesibilidad, están subvencionadas. Infórmate en las oficinas de tu ayuntamiento o comunidad autónoma. Si puedes optar a alguna de estas subvenciones el ahorro puede ser considerable.
- Supervisa. Deja trabajar a los profesionales, pero supervisa a diario la labor que están realizando para comprobar que se adapta a lo acordado y, en caso necesario, modificar lo que consideres.
Teniendo todo esto en cuenta, ya puedes ponerte manos a la obra.