En los últimos meses se está hablando mucho del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), un impuesto anual que grava la titularidad sobre inmuebles rústicos, urbanos o especiales cuya recaudación corresponde a los Ayuntamientos y constituye una de sus principales fuentes de ingresos.
La base sobre la que se calcula este impuesto es el valor catastral, que se determina en base a distintos criterios establecido en el artículo 23 de la Ley del Catastro Inmobiliario: localización del inmueble, coste de ejecución, antigüedad, valores del mercado… Este valor puede verse modificado por ciertas reducciones para establecer la base imponible.
A esta base imponible se le aplica un tipo de gravamen para calcular el importe que debe pagar el ciudadano. La normativa establece que puede ir del 0,4% al 1,10% en inmuebles urbanos y el 0,3% y el 0,9% para los rústicos.
En el municipio de Cuenca, el tipo de gravamen se sitúa en el 0,62% para los terrenos urbanos, después de incrementarse en 2012 desde el 0,48% al 0,682% y reducirse en 2015 hasta la cifra actual. Los terrenos rústicos están sujetos al tipo del 0,8%.
Así pues, las subidas de este impuesto pueden llegar por dos vías principalmente:
Ya hemos comentado el aumento en el gravamen que se produjo en el año 2013, lo que supuso un aumento en el impuesto a pagar por los conquenses. Igualmente, en los últimos años se ha producido un aumento como consecuencia del incremento en los coeficientes de actualización incluidos en los Presupuestos Generales del Estado.
Este año, la Dirección General del Catastro ha realizado una revisión general de los valores catastrales, pues la vigente hasta la fecha databa de 1997. Esto ha supuesto una actualización de los valores que, según los datos facilitados por el Ayuntamiento en el Pleno, ha supuesto un incremento medio del 40% en el Casco Histórico, unifamiliares y pedáneos; un 20% en San Antón; un 12% en Tiradores; un 3% en el centro y entre un 14% y un 18% en las zonas de ensanche de la ciudad (Fermín Caballero, Hermanos Becerril, Parque Sol…) y una disminución del 9% en las zonas industriales. El Ayuntamiento ha anunciado que esta revisión eliminará las actualizaciones anuales incluidas en los Prepuestos Generales (un 10%) y que no habrá ninguna nueva revisión, al menos, en los próximos cinco años.
Para aquellos inmuebles que hayan visto aumentado el valor, la subida del impuesto se diferirá a lo largo de 10 años a razón de un 10% anual.