Disponer de un inmueble en una comunidad de vecinos supone poder usar y disfrutar una serie de elementos comunes de todos los propietarios, pero también una responsabilidad añadida relacionada con su sustento económico, gestión y conservación. La Ley de Propiedad Horizontal (pdf) regula con detalle los deberes y derechos de los miembros de la comunidad respecto a estos bienes comunes.
La citada norma establece que uno de los órganos de gobierno de la comunidad ha de ser el administrador. A esta figura le corresponde las siguientes obligaciones:
Resulta evidente el importante papel que juega la figura del administrador en una comunidad, especialmente en aquellas de gran tamaño o que dispongan de una amplia variedad de elementos comunes (ascensores, garajes, piscinas, zonas de juegos, etc.).
La ley establece que este puesto puede ser ocupado por uno de los propietarios, pero, dada su complejidad, permite que esta labor sea desarrollada por otras personas físicas o jurídicas con cualificación profesional suficiente y legalmente reconocida para ejercer dichas funciones. Esta figra es el administrador de fincas.
En LLavelia, entendemos que la labor de un buen administrador de fincas debe ir más allá de la mera gestión de una comunidad de vecinos para cumplir con los preceptos legales, pagar a los proveedores o solventar las incidencias puntuales que surjan en las instalaciones comunes. Su experiencia, preparación y profesionalidad deben ponerse al servicio de la comunidad para reducir los costes, gestionar con la mayor eficiencia posible los bienes y servicios, asesorar a los propietarios en cualquier proyecto común que se pretenda acometer y proponer mejoras que permitan optimizar los recursos.
Además, debe poner a disposición de los propietarios cuantas herramientas sean posibles para facilitar la transparencia en la gestión y la resolución de incidencia en el menor tiempo posible y con las mayores garantías.
En el caso de Llavelia, estamos comprometidos con una administración de fincas profesional, transparente y ética. En definitiva, un compromiso con la gestión eficiente de las comunidades de vecinos.